En estos meses, he podido cumplir dos retos que me había propuesto en los últimos años. Uno de ellos era correr una maratón, distancia que nos merendamos Gabi y yo en Madrid. El otro, a nivel profesional, fue avanzar en la carrera investigadora.
En las carreras a pie dependes solamente de ti mismo; de tu cabeza y de que no falle nada el día de la prueba. En el ámbito de la investigación, en un país donde los ladrillos no te dejan ver el bosque, continuar con tu carrera es algo más complejo.
Como a tantos colegas investigadores, me ha tocado hacer las maletas y salir pitando. Así que ahora me tocará entrenar en Edimburgo (y a Mari Paz, aguantarme).
Aunque en unos meses eche de menos correr entre las viñas y los barbechos, de momento estoy disfrutando de lo verde y del fresquito. Esta tarde, después de dos semanas por aquí buscando casa y haciendo gestiones, he podido estrenar las calles de mi pueblo nuevo. Nada más llegar, no teníamos casa. Cuando tuvimos, la lavadora estaba rota. Ahora que ya está todo más o menos listo, a pesar del aire y la lluvia, no podía resistirme a salir.
Siguiendo los consejos de mi jefe, que también es corredor, he buscado mi «salida natural» y he recorrido una parte del Union Canal. Este canal, construido en el siglo XIX para llevar minerales desde Falkirk a Edimburgo (o Édimbra, que dicen por aquí), es ahora uno de los sitios favoritos de ciclistas y corredores. Para que os hagáis una idea los culipardos de pro, es como si la Vía Verde no tuviera baches, no hubiera perros sueltos y hubiera agua al lado, mejor os dejo una foto.
Aunque me queden un poco lejos las carreras del Circuito, por aquí os contaré entrenamientos, rutas nuevas, sitios que visitar, dónde hacer el post… y por supuesto carreras!
Por aquí dejo el track en Garmin Connect.
PS. 14 grados y con manga larga el 11 de agosto. No tendremos superluna esta noche, pero me voy a arropar con el nórdico 😉
13 millas 