Poblete es el primer pueblo al que llegué corriendo, hace ya un par de años. Siempre que puedo, me gusta ir allí a entrenar. Además de los buenos caminos que tienen, subir a Alarcos o a San Isidro te proporciona unas inigualables vistas de la zona.
Después de habernos acostumbrado a los entrenamientos fresquitos de este año tan revuelto, esta semana lo único fresquito que nos queda son los botellines en la terraza después de entrenar. Así que ya sabíamos que tendríamos que sacar el pasamontañas y los guantes para la Carrera de Poblete.
Con más de 30º antes de empezar y sudando desde el calentamiento, Paco no perdía las costumbres de sus potingues y la gente se iba acumulando en el parque para retirar sus dorsales. Iván iba de un lado para otro para que todo estuviese a punto y @adribarefoot estaba por allí con su zagalillo (que cumplía 2 años!).
El circuito, mixto, y al que había que dar dos vueltas, era de 5 kilómetros. Menos mal que no habían pasado las segadoras y nos daba la sombra de la cebá cuando íbamos por el campo. La segunda parte del circuito era la Vía Verde, por lo que la sombra de los árboles hacía más llevadera la carrera. Un acierto por parte de la organización 😉
Como Jose y Carmelo tenían muchas prisas por llegar, yo me he quedado con Paco y Félix viendo las gorras piedras rosas que habían colocado para indicar los kilómetros (menos mal que no le hemos dao una pataeja!) y disfrutando del sol manchego del mes de junio.
Aunque no nos hemos quedado de piscina, hemos podido echar una cerveza en el Mégane de Paco la sede social del Club y dar buena cuenta de la bolsa del corredor. Buena carrera para anotar en el calendario (y de inscripción gratuita). Y como decía Carmelo, con una relación calidad/precio infinita.